Daniel Calasanz Abadía fue un hortelano oscense, nacido el año 1914, que protagonizó la unión entre cultura y actividad hortícola en la ciudad de Huesca a través de su trabajo agrícola durante toda su vida pero también por sus creaciones literarias y, sobre todo, por ser autor de tres libros fundamentales en esta temática: «Hortelanos
y huertas desaparecidos por la urbanización de Huesca» (1987), una «Guía del hortelano» (1983) y el «Manual del hortelano» (1984). Fallecido el año 2011, su importante labor fue reconocida al ser nombrado Hijo Predilecto de la ciudad de Huesca, y el año 2014 tuvo lugar una exposición de documentos, fotografías y objetos de la huerta en su honor.

A partir de su última obra publicada, el estudioso altoaragonés Francho Nagore publicó el año 2015 en el número 27 de la revista Alazet el artículo titulado «Contribución al estudio del vocabulario de la huerta de Huesca: voces aragonesas en el Manual del Hortelano (1984) de Daniel Calasanz», de gran interés para nuestro proyecto, y del que extraemos a continuación una pequeña selección de la información que recoge:
-En cuanto a faenas: a jambre se sembraba cuando se echaban las semillas a voleo o al aire, acarguilar era repartir el estiércol en pequeños montones para luego extenderlo, y aterrar cubrir con tierra determinadas hortalizas como cardos o apio para que crezcan más blancas y recias.
-Sobre herramientas: la arrobadera era un instrumento para nivelar la tierra, la dalla era la guadaña, y el falzón una hoz grande.
-Acerca de paisajes: una bardiza es una empalizada para protección de la huerta, el zenojo es el hinojo, y la chufa una hierba perjudicial que se propaga con mucha facilidad.
-Y en cuanto a productos: calabazón se le dice al calabacín, el bisalto es un tipo concreto de guisante, el panizo es el maíz, y el bróquil una variedad de col.
Plantero de Parolas de l’Ortal