A pesar de la vocación ganadera de la zona central de la comarca de Sobrarbe, el carácter casi mediterráneo de su clima y su suelo calcáreo pudieron influir para la puesta en marcha de una serie de pequeños sistemas tradicionales de regadío compuestos por acequias y/o balsas de riego, que se gestionaban por un sistema de turnos que buscaba optimizar el uso del escaso recurso del agua de riego especialmente en tiempo de verano, tanto para permitir el cultivo en huertos domésticos de autoconsumo como para la recogida de hierba en prados que no presentaban un alto grado de humedad. En ocasiones, el tamaño de los huertos era muy pequeño y se encontraban dispersos de manera que cada uno aprovechaba un manantial cercano.

En Nerín, el reparto de turnos de riego era fijo en el periodo de una semana y proporcional al tamaño de cada uno de los huertos. En ocasiones, este reparto podía suscitar controversias y disputas entre los diferentes regantes. Al mismo tiempo, el arreglo y mantenimiento de las acequias por las que discurría el agua se llevaba a cabo de manera comunal.

-El agua de riego siempre l’hacíamos a vezinal, p’hacer la presa, la parada que hacíamos pa que entrara la zequia, que a lo mejor l’hacías de pinos, cortabas tres o cuatro pinos, los ponías dentro en el río y luego después ramas de sargueras metidas allí y luego grava delante, hasta que l’agua subía y entraba por la zequia.
-Y limpiar la zequia que había que limpiar-la to’los años.
-Sí, había que limpiar-la to’los años, no era acequia de hormigón ni nada, no. Era del terreno, si llevaba barzas y de todo. Los que se tenía huerto.
-Los que tenían huerto. Pero tenían que ir todos.

Escalona, año 2019. Dos hombres n. 1934

Más información en SIPCA. La imagen es una fotografía áerea sobre los huertos de Escalona, su fuente es IGEAR.

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