Un ababol es una amapola, pero esa palabra también se emplea con el significado de lerdo, simple o atontado. Como improperio cariñoso se decía: ¡ababol de invierno!
Las adobas son ladrillos grandes de barro mezclados con paja sin cocer. Yo siempre he empleado esta palabra, y se la oía a mi padre que era albañil, o arbanil que era como le llamaban algunas personas mayores. «Tener los pies como adobas» es una expresión que se usa para significar que se tienen los pies muy grandes.

Alacrán se le dice al escorpión. Esta palabra se la oía a mi madre, natural de Huesa del Común (Teruel). Además hay un refrán que dice: Si te pica un arraclán ya no comerás más pan.
Aladro es el arado. Esta palabra la decían las personas mayores de hace setenta años, cuando yo era niño. Hay una copla que acaba diciendo «…tu amor fecunda mi alma / como el aladro a la tierra».

Alberge se le dice al albaricoque. Yo empleo esta palabra, me suena bien y me saben mejor.

Alfalce, que es la alfalfa, es una palabra que empleo a veces. También la usaba todo el mundo en Movera cuando yo era niño. Los alfalces (los campos de alfalfa), a punto de ser dallados, ondeaban con el viento como un mar verde y cercano.
Aturar se emplea con el sentido de aguantar, soportar o permanecer en un puesto o lugar. Yo la empleo y la decía mi madre.

Antonio Valero Gracia (Movera)